miércoles, 14 de noviembre de 2007

Profesión: pololo

Hace algunos meses, nunca habría pensado reintegrar la palabra pololo a mi vocabulario. Menos, luego de que el último ser vivo al que identifiqué como tal en mi vida, es hoy ...eh..ah ..eh haber...
nada
kuek!

Sin embargo hoy, pienso en el pololo. En tener pololo. En pololear. Y no es porque tenga ganas de emparejarme ni nada. Pienso en el fenómeno “pololeo”. En la institución. La creación humana que empareja a la gente desde que las hormonas comienzan a zapatear y las mantiene así, hasta que la vida solo se hace casi insostenible.

Fenómeno, sin duda. Si no, ¿cómo se explica que al mundo lleguemos solos (gemelos/mellizos, se excluyen) y luego se goce-sufra buscando alguien con quien estar?

El pololeo se vuelve normal, aceptado. Se institucionaliza y como tal, cuenta con reglas, límites y objetivos. Pololear no es “arrejuntarse” no más. Ni caminar de la mano repitiéndose mutuamente chistes fomes o saltando mientras se camina por la cuneta.

Pololear es proyectarse. Insertarse en la “zoociedad”. Y con el tema de la sobrexposición homosexual, pobre del que no tenga pololo a cierta edad. Los cabros son tildaos´ de “fletos” y las chiquillas de “tortilleras”. Eso cuando no se es –de frentón-“pesada” o “muy exigente”.

Claro, si la soledad por gusto no es aceptada. Y me gustaría saber el porqué.

banda sonora: read my mind - the killers
locación: ¿oye manuel te vacunaste?
- no loco, no te estoy ni ahí
- teni que vecunarte aweonao sino tu hijo va a salir con deformaciones!
- ahh y ke tiene, no me importa loco!

..

a eso me refiero cuando hablo de '' zoociedad''


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